"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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13-03-2024 |
EL SECRETO COMO POLÍTICA
Marcelo Marchese
El gobierno firmó un memorándum de entendimiento con la trasnacional HIF Global tendiente a elaborar hidrógeno verde con el agua del acuífero guaraní.
¿Qué condiciones se establecen en ese memorándum? Nos responde un silencio cósmico, o mejor dicho, un secreto cósmico, sin embargo, habida cuenta que a UPM le regalamos miles de millones de dólares para que facture miles de millones de dólares sin pagar los impuestos que pagamos los uruguayos, debemos temer lo peor.
Nos encantaría vivir en un régimen democrático por el cual las autoridades nos comunicaran a qué cosas nos comprometen y en particular, de qué manera comprometen el acuífero guaraní y los recursos del Estado, pues resulta que esa agua es vital para nuestro consumo y nuestra economía agropecuaria y que necesitamos de los recursos del Estado para sostener la economía nacional, pero ya sabemos que se firman en secreto contratos con UPM, Montes del Plata, Katoen Natie, Neptuno y Pfizer, con el añadido de que el contrato con Pfizer continúa secreto.
¿A qué cosas nos comprometió el gobierno con Pfizer, desde que Pfizer proveyó de una vacuna para inmunizarte del coronavirus y sin embargo, la vacuna no te inmuniza del coronavirus y ha provocado muertes y serios problemas de salud?
Nos responde un secreto cósmico.
La Constitución no habilita al Poder Ejecutivo a firmar contratos con las trasnacionales, y la Constitución sólo habilita la práctica del secreto en cuestiones que nada tienen que ver con la entrega gratuita de recursos naturales.
Tal vez las autoridades no han leído a Locke, Montesquieu y Rousseau, así que haremos un rápido resumen de un pensamiento que, a la postre, exhala su aliento sobre nuestra Constitución.
La idea crucial es ésta: el pueblo es el soberano y no hay otro soberano que el pueblo, lo que significa que el poder lo tiene el pueblo y que más nadie que el pueblo tiene el poder.
El pueblo crea a la República y sus instituciones, como la Constitución, que es la ley máxima, y elige mediante votación directa a las autoridades y representantes por cinco años, y esas autoridades y representantes nombran a las demás autoridades cuidando siempre de la sacrosanta división de poderes y de las autonomías de los entes y de las municipalidades.
Esta división de poderes es fundamental, pues nació en la lucha contra el absolutismo que no era otra cosa que un rey que hacía y deshacía a su antojo, ya que, como decía el monarca absoluto Luis XIV: "el Estado soy yo". La división de poderes garantiza cierto grado de consenso, pues un poder, para llevar a cabo sus políticas, debe conciliar con los otros poderes, lo que lleva a una ingeniería de acuerdos que permitan una vida más o menos civilizada.
Entre las instituciones de democracia directa de la República se encuentran las elecciones nacionales y departamentales, los referéndum para tirar abajo leyes, y los plebiscitos para reformar constituciones.
La Constitución constituye, es decir, cimenta, crea, hace, deshace y determina. El lector y yo, podemos hacer todo lo que no esté prohibido, ahora, las autoridades, sólo pueden hacer aquello que esté permitido, y no les está permitido firmar contratos o memorándums de entendimientos secretos con trasnacionales que vienen a llevarse todo dejando hambre, miseria y destrucción.
"Dignidad arriba y regocijo abajo" es una consigna que, sea quien fuere que la haya lanzado al mundo, la apoyamos de manera entusiasta. Si arriba no hay dignidad y respeto a la Constitución, se emite un peligrosísimo mensaje al abajo, que como podemos ver, está necesitando de mensajes claros y elocuentes de dignidad y respeto a las leyes.
¿QUÉ HACER?
Lo que deben hacer el gobierno y la oposición es respetar las leyes y defender las leyes. Seguri la divisa "Defensores de las leyes" nos vendría al pelo, y que la oposición no se haga la distraída, ya que durante la pandemia exigió el abominable encierro masivo que nos hubiera convertido en una Argentina, y antes de la pandemia le entregó el oro y el moro a Montes del Plata y UPM amparándose en el secreto cósmico que nos está llevando a la ruina.
En cuanto a nosotros, los ciudadanos en quienes radica la soberanía, debemos cumplir las leyes y debemos hacer cumplir la leyes, sobre todo, cuando las autoridades estén sordas al cumplimiento del deber y de las leyes.
Hay cuatro propuestas de reforma constitucional que buscan las 300.000 firmas para que el pueblo decida, y esas cuatro propuestas involucran al capital financiero, el verdadero responsable de que las autoridades de este gobierno y del anterior, se hayan propasado con la Constitución al grado de violarla abiertamente mientras alientan las políticas de género.
Una de estas propuestas es la conocida como Uruguay Soberano, que establece controles parlamentarios y populares a todo contrato con una trasnacional que dañe nuestra capacidad de decidir sobre el territorio, como por ejemplo, prometer que por cincuenta años no legislaremos en ningún área que la perjudique, cosa que no se le garantiza a ningún ciudadano ni a nadie; o como someternos a tribunales extranacionales; o como permitirle a un gobierno el despropósito de establecer políticas que aten de pies y manos a los nueve sucesivos gobiernos.
Si esa reforma constitucional ya estuviera vigente, el proyecto de HIF Global estaría discutiéndose en el Parlamento, el País estaría al tanto de lo que pretende la trasnacional y evaluaría qué nos conviene hacer.
Desde ya, habida cuenta que por unos meses se nos estuvo cobrando la tarifa a cambio de un agua asquerosa que además destruía calefones, habida cuenta que hay otro asuntejo bajo el silencio cósmico para permitirle al Proyecto Neptuno vomitarnos el agua podrida del río de la Plata, y habida cuenta que no vivimos de la caza y de la pesca sino de la agropecuaria, opino que debemos reservar el bien más importante en el mundo para nuestra gente y nuestra economía, y que los de HIF Global se pueden ir a joder a otros incautos, pues no necesitamos entregar el oro a cambio de puestos de trabajo intrascendentes.
Ahora ¿quién garantiza que se cumpla el mandato soberano si vemos que estas autoridades, y las anteriores, usan la Constitución como un material de limpieza corporal?
Es una buena pregunta y como tal, merece una buena respuesta.
En política, nadie garantiza nada. Lo único seguro, es que un pueblo cultivado, atento, organizado y valiente, puede lograr todo aquello que se proponga.
El triunfo de la Reforma Uruguay Soberano abrirá un nuevo tiempo en el País, pues esa reforma hubiera sido alcanzada por la sóla virtud de los ciudadanos sin el respaldo de autoridades, medios de comunicación, grandes partidos políticos, universidades y organizaciones financieras.
La campaña de recolección de firmas continúa. Llegaremos en abril o llegaremos en noviembre o llegaremos cuando la población quiera.
Ya no corre el tiempo de quejarse y patalear. Las autoridades de todos los colores entregan al capital financiero el agua, la tierra, la energía y los principales recursos económicos del País, y los resultados son uruguayos durmiendo en la calle tapados con cartones, niños baleados y cabezas decapitadas, demencia y suicidios en aumento, una sociedad envejecida, emigración de los jóvenes más capacitados, una baja en la tasa de la natalidad por la cuál terminaremos desapareciendo, ruina de la enseñanza, desocupación, hambre, miseria y una descomposición social a la que debemos frenar antes que se desate una tormenta como la que caerá, ineluctable, sobre la Argentina, algo que traerá seguras borrascas a nuestro suelo.
Toda vez que unos y otros hablen de trivialidades en vez de esto, estarán actuando como los mafiosos del juego de la mosqueta.
Te temen, temen que sepas. Temen que descubras tu poder. Te temen enormemente. Deberías pensar una y mil veces por qué te tienen tanto miedo.
Fuente: https://www.uypress.net/Columnistas/Marcelo-Marchese-uc134968
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